No saber lo que va a ocurrir tiene su encanto. Desconocer el camino es la primera norma del aventurero (las otras que vienen después son menos restrictivas).
Tienen gracia. Pretendía hablar de butacas y pronuncié vida. El futuro ni es tan bueno ni es tan malo, y un huevo frito pienso cenar si mañana me voy a morir. Incertidumbre que inquieta, calor que ahoga, pérdida de equilibrio sobre toboganes de escalera. Digo tonterías y espero respuesta, seguramente mía. Seguramente física. Espero de mí que no llores, o al menos no empapes las letras que alquiles en bibliotecas. Espero de mí que no ceses en tu empeño de alimentarte de pasiones hu[rb]manas.
Espero y espero, y mientras tanto, me fumo sus bocas, que saben a sangre caliente.
Y, con sangre, me firmo.
D e c e p ci ó n,
p r e v e n i d a
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>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>ábrete de orejas>>>
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3 comentarios:
vaya...
borrando "tengo ques"
alegro (me)
vaya...
era cierto que entrabas a menudo...
alegro(me)
vaya...
aquí no hay playa.
Qué bueno que volviste, ché.
Bath-Man
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