>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>ábrete de orejas>>>

sábado, 17 de mayo de 2008

el sabor de las hormigas

¿Sonríes?

No sé cómo te atreves.

Has de saber que con ramas de árboles caídos construyo yo los marcos de mis ventanas. Ventanas desde las que observo, no ya tu risa desmedida, sino el brillo apagado de la bestia que habita en ti. Su pelo es de barro, sus garras de añil. Los dientes asoman y quieren herir, pero es chocolate aquello que embiste, contagioso, iracundo, pretendiendo y apartando.

Lograrás, a base de esfuerzo, conocer el sabor de las hormigas. Porque comer hormigas es un placer reservado a unos pocos. Aquellos que puede elegir. Aquellos que escapan de casillas marcadas y se hinchan con el agua de los charcos que anidan en el asfalto de esta sofocante ciudad.

Aquellos que no son tú, que distan mucho de albergar tus dudas. Aquellos que sin miedo, vuelan. Nadie sabe si caen, porque jamás hacen ruido si contra el hierro se estrellan. Ese es su secreto. No gritan de dolor o de rabia. Sólo sonríen. Como tú...

Pero sin bestia.

sábado, 10 de mayo de 2008

ingrávitas/incúbitas



"Tengo un planazo para ti, pibón", dijo la estrella que más brillaba en el universo

"No pensaba salir hoy, pero por ti me dejaría convencer, pibona", dijo el chico ostra

"Una amiga inaugura una exposición de fotografía y tengo invitación con acompañante. Habrá gente guapa y bohemia, podremos hacernos los arties y acabar en su estudio en plan fiesta vip", dijo la estrella que más brillaba en el universo

"¡Me apunto! Me encanta emborracharme con vino blanco mientras veo cosas colgadas de las paredes", dijo el chico ostra

Y así, pude ver unas fotografías magníficas, contar cuentos en el mirador de san nicolás, salvar el alma de una duquesa gitana, perder mochilas raídas repletas de óleos, terminar puzles a la orilla de grandes lagos ingleses, descubrir que no todos los labios se dibujan en una boca, comerme la tortilla de patatas más grande del mundo, entender que una mujer que no bebe no podrá casarse nunca con un gallego, poner matrículas de honor imaginarias a un tal Jonathan, reírme a carcajada limpia escuchando las lecciones de la dra Hemisferio y temer entrar en un sótano repleto de avispas en el que lleve fuego y hielo sobre neones con un pantocrátor de por medio.

Ah, y por supuesto, correr, como nunca, detrás de la estrella que más brillaba del universo. Y digo yo, ¿lograré alcanzarla algún día?...




Si podéis, echarle un vistazo a la obra de esta gran artista que es Isabel Tallos. Expone en la galería "La Zúa", Madrid, cerca de plaza de España. También podéis entrar en http://www.isabeltallos.com/